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Yo soy perseverante



Esta afirmación es muy poderosa. Las mujeres que son perseverantes son felices y triunfadoras, logran sus propósitos ante cualquier adversidad, no importa lo difícil que sea. El problema es que muchas mujeres no lo son, se rinden pronto, abandonan la meta, no la concluyen, se frustran y luego se deprimen.

¿Qué es la perseverancia? Se define como un esfuerzo continuo, el esfuerzo en alcanzar lo que te propongas en la vida y buscar soluciones a todas las dificultades que puedan surgir. Esto es un valor fundamental para lograr algún resultado concreto, de lo que sea que te propongas. Es la fuerza interior que nos motiva a no desistir hasta el final en las actividades que emprendemos; un valor que te permite solucionar las dificultades y persistir en el intento con firmeza, con tesón, con insistencia. Implica paciencia, tolerancia, autodominio, estabilidad emocional, alta autoestima, responsabilidad y compromiso con la meta fijada. Ser firmes ante la adversidad, enfrentar los retos sin miedos, con decisión y espíritu de lucha. Permanecer en la actividad sin amedrentarse, cualquiera sea la envergadura del emprendimiento. Aprendemos a ser perseverantes desde la infancia con ejemplos de las acciones de padres y profesores. Pero en edad adulta ser perseverante puede ser aprendido.


Hay ejemplos diversos de muchas mujeres perseverantes. Por ejemplo la inglesa J.K. Rowling. Ella es una de las mujeres más ricas del mundo y mundialmente conocida por ser la autora de la saga de Harry Potter. Antes de publicar el primer libro, Harry Potter y La piedra filosofal, fue rechazada por 12 editoriales. Si se hubiera rendido antes puede que el mundo no conociese a Harry Potter.


Hay barreras que podrían obstaculizar esta perseverancia de lograr un objetivo. Por ejemplo: la falta de motivación de no tener visión de lo que deseamos, la creencia de que todo tiene que ser fácil, el habito de rendirse (hay mujeres que se rinden ante la primera dificultad) y finalmente, la creencia falsa de que el éxito es un suceso, realmente no lo es, es un proceso. Las personas exitosas no han conseguido sus metas de un día para otro, sino que han pasado por un largo proceso. Los logros históricos no fueron sucesos, fueron procesos.

Para aprender a ser perseverante podrías ponerte una meta difícil de alcanzar y no parar hasta lograrla, si eres estudiante, terminar la universidad, como mujer proponerte construir una relación de pareja sana o abrir una empresa. Es bien importante automotivarse, nutrirse de personas que son perseverantes, enfocarte y no rendirte fácilmente y finalmente la perseverancia convertirla en un hábito, algo que ayuda a desarrollarla es hacer ejercicio físico o deporte.


Si logras hacer todo esto tu vida será maravillosa y podrás afirmar:

¡Yo soy perseverante!

Nota de la autora:


La Dra. Rose Nina es médico psiquiatra, psicogeriatra con un PhD en neurociencias clínica y experimental. Puertorriqueña que reside en República Dominicana, colaboradora de Mujeres ante la Adversidad. Si deseas escribirle puedes hacerlo mediante su correo electrónico roseninaestrella@gmail.com

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