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¿Cómo sacar provecho a un diagnóstico de cáncer?



Enfrentarte a un diagnóstico de cáncer de cualquier tipo es algo para lo que uno nunca está preparado. En ese momento sientes cómo tu cuerpo y tu mente se saturan de emociones. Sientes miedo, ansiedad, tristeza e incertidumbre sobre qué va a suceder. Son momentos en que la palabra muerte retumba en tu mente, tu corazón late muy rápido y en ocasiones te falta la respiración.

Entiendo perfectamente cómo debes sentirte. No todos respondemos de la misma manera y no es fácil mantener la calma y ser positivo.

Es importante que entiendas que ante la adversidad hay dos caminos a escoger: victimizarnos hasta llegar a la depresión o levantarnos, ser positivos y buscar la dicha después de un diagnóstico de cáncer.


Yo opté por levantarme y ser más agresiva que el cáncer. Decidí no perder la alegría de vivir y ver cómo transformar esta adversidad. Opté por cambiar el por qué por el para qué.

Hoy comparto contigo cómo el cáncer gástrico que me diagnosticaron el 4 de noviembre de 2010, se convirtió en una oportunidad de crecimiento, fortaleza y aprendizaje.

1. Recibí en minutos la lección más importante de mi vida. La vida hay que valorarla y disfrutarla no importa el tiempo que se viva. Se vive el momento a plenitud, siempre haciendo el bien a los demás.


2. Aprendí que era esencial acercarme más a Dios y que Él iba a ser mi médico por excelencia. Todas las noches repetía en mi mente el Salmo 23 y esto me permitió dormir tranquila. Como parte de mi recuperación escribía en una libreta todo el proceso de mi enfermedad y eso me liberaba. Hoy, esa libreta es parte de mi historia de vida. En ella declaré correr el maratón por la vida, cuya meta era vencer el cáncer.

3. Creí con mucha fe que podía tener mejor conexión con ese ser espiritual a través de la naturaleza. Comencé a fijarme más en los árboles, los arcoíris, los animales, el mar y en las estrellas. Sé que Dios me habla a través de ella y yo vivo en gratitud a Él y todas las personas que me ayudaron en este proceso.

4. Descubrí el poder de la mente. Eduqué mi mente con pensamientos positivos y en muchas ocasiones me dije: “si te mueres no te vas a enterar y todo va a continuar”. A través de un proceso de aceptación desarrollé más confianza en mí misma y fortalecí mi inteligencia emocional. En esa carrera contra el cáncer me percaté de la importancia de conectar la mente y el corazón.

5. Uní más a mi familia y comencé a ser más expresiva y amorosa. Disfruto de mi familia y amigos a cada momento sabiendo que son seres únicos, independientes y muy especiales en mi vida.


6. Sentí el llamado de Dios a ayudar al prójimo. Opté por tener como propósito de vida compartir mi conocimiento y empoderar a otros a enfrentar las adversidades. Elegí ser un agente de cambio positivo en la mujer. Mientras más ayudo, más bendiciones y alegrías llegan a mi vida y a mi familia.

7. Perdí el miedo al qué dirán. Decidí vivir la vida sin entregarme a las presiones sociales. Rechacé la toxicidad de quienes no apoyaban mi cambio ni mi éxito. En varias ocasiones mi mejor amiga —mi hermana escogida que Dios utilizó para salvar mi vida— me dijo que muchos decían que me encontraba “en negación de [mi] enfermedad”, pero no se trataba de negación. Acepté mi diagnóstico y decidí estar llena de esperanza, alegría y sin quejas. Recuerda: Solo tú tienes el poder de cambiar la actitud negativa a una positiva.

8. Entendí que en la adversidad también hay oportunidad. Es importante reconocer que somos responsables de aprovechar las oportunidades que la vida nos da para crecer, que está en nuestras manos tomar acción para levantarnos y lograr el éxito.

9. Vencí el cáncer porque tuve una actitud de ganar y no temí fracasar o cometer errores. Nunca oculté mi proceso y tratamientos a mi familia, amistades o colegas del trabajo. Fueron mi comunidad de apoyo en el maratón por la vida y celebramos juntos mi premio de sobreviviente.

10. Comprendí que es importante tener una vida balanceada teniendo a Dios como centro. Busca tiempo de calidad con tu familia y amigos, haz ejercicios y cuida tu salud. Vive de acuerdo a tus posibilidades: no te limites. Vive disfrutando la naturaleza y ayudando al prójimo.


11. Conocí la importancia de la responsabilidad social que tiene cada individuo y cómo es posible mejorar la calidad de vida de otros. Al involucrarme en este tipo de actividades expandí mi círculo de amistades. Lideré varias campañas publicitarias de recaudación de fondos y me permitió conocer personas que son ejemplo de superación y éxito.

12. Decidí ser feliz y reinventarme en cada situación adversa que me toque vivir. Gracias a ese diagnóstico de cáncer y al tratamiento que viví logré aprovecharme del cáncer y no permití que el cáncer se aprovechara de mí.


No existe una receta perfecta, pero te invito a que reflexiones sobre cómo puedes enfrentar la adversidad con valentía y positivismo recordando que siempre surgen oportunidades para crecer y superarte. Está en tus manos tomar acción.

Datos sobre la autora:


Enery Ortiz es sobreviviente de cáncer gástrico desde hace 7 años. Es fundadora y presidenta de Mujeres ante la adversidad, Inc. y lleva 24 años como vicepresidenta de una empresa de servicios educativos y tecnológicos en Puerto Rico.

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