¿Piensas mucho?
Te ha ocurrido que a veces te encuentras sola y tienes un monólogo contigo misma, pensando en lo que debiste haber dicho o hecho. Te ha ocurrido, que estas parada frente al semáforo y piensas en la misma situación que va a suceder o sucedió. No solo piensas por una sola vez, sino muchas veces, al punto que no se detienen tus pensamientos.
El pensamiento es una función mental. La actividad mental se basa en la actividad neuronal. La neurona es la célula principal del sistema nervioso. El pensamiento se produce gracias a la actividad de la neurona que trasmite el mensaje que recibe del exterior o del interior de la persona. Hay que sumar que las neuronas presentan la plasticidad (capacidad de adaptación). Las neuronas establecen verdaderos circuitos eléctricos los que, en base a la genética y a la experiencia, se van modificando a lo largo de la vida. Esto explica los fenómenos de aprendizaje y memoria, así como también, por qué nuestros pensamientos van cambiando a partir de nuestras experiencias. Las mujeres presentan socialmente vidas mucho más intensas y con muchos más problemas que enfrentar que muchos hombres.
Se ha estudiado que el cerebro de las mujeres está mejor cableado (neuronas con mejores conexiones para hacer varias cosas a la vez) que el de los hombres. Estas diferencias se observan en regiones cerebrales implicadas al lenguaje, la memoria, las emociones o la forma de orientarse, entre otras. El lenguaje es la expresión del pensamiento, si este es rico o pobre afectara nuestras capacidades del pensamiento y de interpretación de los contenidos emocionales de las cosas que nos pasan.
El cerebro no percibe lo real de lo irreal. Si como mujer eres propensa a darle vuelta a los pensamientos negativos, puedes dañar estructuras neuronales que regulan tus emociones, la memoria y los sentimientos. Aunque la preocupación no sea basada en la realidad, la amígdala y el tálamo (que son parte de nuestro sistema límbico en el cerebro y controlan las emociones) no son capaces de diferenciar este estrés irreal del verdadero peligro y responden igual. Estos pensamientos negativos muchas veces surgen de la nada y sentimos que no podemos cambiar estos patrones de pensamientos.
Pues la buena noticia es que se puede cambiar estos pensamientos negativos. Cultiva la meditación, piensa positivamente, vigilia tus pensamientos, elimina los pensamientos negativos y que prevalezca tu seguridad en las opiniones que expresas. A las mujeres se les ha enseñado que deben saberlo todo pero no se le ha enseñado a entender y asimilar los procesos del pensamiento en la interpretación de lo que se quiere, para lograr los resultados.
Así que, si piensas mucho, no lo hagas más.
Solo vive, piensa y actúa.
Datos sobre la autora:
La Dra. Rose Nina es médico psiquiatra, psicogeriatra con un PhD en neurociencias clínica y experimental. Puertorriqueña que reside en República Dominicana, colaboradora de Mujeres ante la Adversidad. Si deseas escribirle puedes hacerlo mediante su correo electrónico roseninaestrella@gmail.com