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La Puesta en Escena



Enfrentarme a un divorcio después de 30 años de casada fue devastador. Mi vida, tal y como la había conocido hasta ese momento, dejaba de existir y debía comenzar a construir una nueva. Pero... ¿cómo?

No estaba preparada para lo que me esperaba, como tampoco lo están la mayoría de las mujeres que se enfrentan a esta situación. El desconocimiento que impera sobre este proceso aún cuando las estadísticas hablan de que más de un 60% de los matrimonios acaban en divorcios, es consecuencia directa del velo misterioso que envuelve un tema del que nadie quiere hablar, que sigue siendo tabú, que provoca rubor y vergüenza. Porque en pleno siglo XXI se sigue señalando a la mujer como la responsable absoluta del matrimonio mientras se estigmatiza su nueva condición de divorciada.

Y como así lo tenemos asumido, ni siquiera lo cuestionamos. Lo damos por cierto al igual que muchas otras responsabilidades con las que cargamos. Entonces permitimos que el ego se apodere de nosotras, nos ponemos la capa de Superwoman y la careta de “a mal tiempo buena cara”, y comienza la puesta en escena. Aquí no ha pasado nada. Todo está bien. Perfecto. Comienza la batalla campal de maltrato y autocastigo. Callamos nuestra vulnerabilidad porque nos han dicho que es un signo de debilidad, ahogamos nuestras penas y nuestro llanto, ignoramos los avisos de nuestras emociones y anestesiamos nuestro dolor mientras morimos por dentro.


Y no estoy exagerando cuando utilizo la palabra “morir”. La negativa a reconocer y aceptar nuestra realidad nos puede traer graves consecuencias para nuestra salud mental y física. La incertidumbre, confusión, culpa, sensación de fracaso y de que hemos fallado, sentirnos que no somos suficientes por la estocada a nuestra autoestima y amor propio, nos provoca estrés y tensión, y son la causa directa del desarrollo de enfermedades. Ansiedad crónica, presión alta, problemas gastrointestinales, diabetes, tiroides, alteración del sueño, ataque cardíaco (es la causa principal de muerte en la mujer y mata cada año a más mujeres que todos los tipos de cáncer), son algunas de éstas.


Querida amiga que estás enfrentando un divorcio o una ruptura de pareja, estás pasando por uno de los momentos más estresantes y dolorosos de tu vida. Pocas cosas son más desgarradoras que un corazón roto. No tienes por qué hacerlo sola, en silencio, y en cuartos oscuros. Date permiso para sanar. Estás herida, lo sé. Es una batalla que has perdido, pero quiero que sepas que “hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria”. Al fin y al cabo es solo una batalla y lo importante es ganar la guerra. Esa que estás librando contigo misma.

Datos de la autora:


Georgianna Rosario Ramos

Coach Profesional Certificada (CPC) especializada en mujeres.

Creadora del Método Puzzle

para mujeres en procesos de divorcio o ruptura de pareja.

(787) 460-3999

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