Grandes crisis...Grandes soluciones
Hoy día se habla mucho, de crisis económica, de crisis emocional, crisis en las redes sociales, crisis de parejas, crisis en el hogar y de que el país se encuentra en crisis.
La naturaleza humana es ser social, somos seres sociales, necesitamos de los demás para convivir, lograr nuestros anhelos y metas de vida. La estabilidad emocional, confianza en sí mismo y autocontrol, depende de esta interacción social. Por estadísticas las personas con menos sistemas de apoyo sociales, divorciad@s y viud@s se deprimen y somatizan. Pero la historia personal de cada ser humano, sus propias experiencias, sus errores, fracasos y traumas, determinan los niveles de conflictos y de angustia. Solo con los recursos o herramientas psicológicas que hayan desarrollado es con lo que cada persona enfrentará una crisis.
A nivel social las crisis generan un creciente malestar cultural, la decepción con los proyectos frustrados, prometidos y no realizados. La falsedad, los engaños, las faltas éticas, el desconcierto sobre el mañana, el desajuste económico y la falla en resolver las necesidades básicas. La insuficiente información y el desconocimiento. La sorpresa por las nuevas revelaciones de los medios de comunicación. Ello genera en todo individuo una vivencia de desconcierto, confusión y un cuestionamiento a los líderes, aquellos que confiamos lograran soluciones.
Otras personas sujeto a las crisis, recurren a los “paraísos y satisfacciones” artificiales. Una satisfacción química y alucinatoria provocadas por drogas, alcohol y otras que le puede desencadenar hasta psicosis transitoria. La violencia y agresión que generan la frustración y la impotencia tampoco ayuda a la solución.
¿Cuál sería la actitud ante las crisis? Primero aceptar, que la constante en la vida son las crisis. Segundo, estar enfocado en que cada problema tiene solución. Las crisis son tan comunes como necesarias para el desarrollo de una persona, y no todas son negativas o tan evidentes como las expuestas en los párrafos anteriores. Cualquier obstáculo, por pequeño e insignificante que parezca a simple vista, representa un desafío que, de ser resuelto y superado, nos llevará a una nueva etapa en el espiral de nuestro crecimiento. Nuestro crecimiento es basado en las experiencias, malas o buenas y nuestra capacidad de aprender de cada experiencia, por lo tanto no retrocedemos, nos desarrollamos en espiral. Tercero, aprender a mantener la calma, observar con objetividad, sin emoción, sin pasión, todas las posibles soluciones ante esta crisis, enumerarlas y detallarlas, una por una y lograr la mejor. Cuarto, si fuera necesario buscar ayuda de un profesional que pueda guiarnos a la mejor solución.
Si a nivel individual superamos las crisis, entonces a nivel social podemos aportar soluciones sociales. De que se puede se puede.
¡Nunca olvidar ante grandes crisis, grandes soluciones!
Nota de la autora:
Es médico psiquiatra, psicogeriatra con un PhD en neurociencias clínica y experimental. Puertorriqueña que reside en República Dominicana, colaboradora de Mujeres ante la Adversidad. Su correo electrónico es: roseninaestrella@gmail.com